Aun con nuestro aspecto actual, no somos mas que copias de nosotros mismos, de esa imagen ideal que guardamos para siempre en un recóndito lugar de nuestro corazón. Por eso, aunque nos miremos de reojo en los espejos que nos insultan con sus reflejos, no creáis que veis lo que veis, ya que solo os devuelven el inexorable descontar de las horas que nos quedan...
En cambio los pueblos viven su vida propia en cada generación que los habita, en cada nuevo niño que nace en él. Y todo muta, y todo cambia como el color de las sombras en la noche, como la luz que nos ofrece el nuevo día...
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