Cemento y más cemento
ante mis ojos;
colmenas que esclavizan
mis sentidos
y me impiden divisar
el cielo azul
y me matan con el aire
que respiro.
¡ Cuanto añoro mi campo,
tan querido;
mis montañas y mis casas,
siempre blancas !
¡ Cuanto añoro mi vida
y mis andanzas
en el pueblo de mi infancia,
tan querido...!
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